Fragmentos de dolor
hacen fiesta en torno a su
humanidad,
él mira confundido a su alrededor
no entiende por qué el mundo lo
halla tan diferente,
no comprende por qué para muchos
es el equivalente del pecado y la desviación;
su corazón lleva puestas unas
espinas de ceniza,
dentro de él reposan amores ficticios
y tormentosos
y unas cuantas aventuras que
magullaron su piel.
Al final de cada día,
el sumario que puede hacer de sí
mismo
se encuentra escrito en una almohada
en la que descansan sus lágrimas y desolaciones.
Lo tenía “todo” para ser feliz:
una cara preciosa,
un cuerpo atlético,
unos sentimientos de oro puro…
Y sin embargo,
su alma está lacerada
al igual que sus muñecas…
Dedos índices,
miradas acusadoras y
murmullos necios
se han encargado de arrastrarlo
hacia una especie de ruleta rusa
en la que ahora prueba su suerte de
principiante.
En su léxico
no aparece la palabra “futuro”
no sabe pronunciar una “risa”
no sabe deletrear el vocablo “aceptación”,
lamentablemente no ha podido vivir
en carne propia
el significado de la libertad.
Pobre niño mío
que recorres las calles
observando la felicidad de otros
mientras que la tuya
se gesta en algún vientre
que parece lejano e imposible.
¡Por favor, sé fuerte!
Abrázate con profundo amor,
eres lo único que tienes,
quédate a tu lado,
no te abandones.
Intenta hacer amistad con la
esperanza,
tal vez ella pueda ayudarte
a pintar murales de colores
para transformar
el paisaje tormentoso que ahora
contemplas.
No sientas vergüenza,
porque amar sin restricciones
es lo que te lleva MUY por encima
de aquellos que hoy,
creyéndose dioses intachables,
apedrean tu forma de ser y sentir,
ellos son la anomalía,
NO TÚ.
Reconcíliate con tu verdad
dale un beso en la mejilla,
no llores porque
aunque hoy seas un cementerio de
sueños partidos por la mitad,
pronto sentirás dentro de ti
una brisa fresca de diciembre,
un arrullo,
una gotita de rocío refrescando tu sed,
un toque mágico de manos de la vida,
diciéndote que todo estará bien,
que todo mejora,
confirmándote que no eres el error
en el código de barras.
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