Tendría que existir un tratado universal que verse detalladamente sobre la exagerada sobredosis de optimismo e invencibilidad que embarga a las reflexiones de medianoche de algunos seres humanos. Particularmente, creo que ese es uno de los pocos misterios del universo en el cual tengo cierta experticia. Todas las noches de mi vida en las que apasionada entrego mi cuerpo al descanso, terminan convirtiéndose en un colorido carnaval en el que tengo la inmensa suerte de ver en primera fila, cómo lucen las caras de todas las fantasías que habitan en la compleja, a veces helada, ciudad de mis pensamientos. Hay varias ideas que siempre se dan cita, ellas han conformado una especie de aquelarre y son como las estrellas, que siempre están allí ofreciendo su brillo, aunque el cielo, a veces lloroso, impida ver su esplendor. He aquí una pequeña descripción de ese mundo que mi cabeza hace tan real que casi puedo tocarlo con la punta de mis dedos: En ese mundo un viol
“Y la poesía es eso que nos asombra y nos nombra, que nos taladra las sienes como un balazo.” Raúl Gómez Jattin